Los marcos de aprendizaje: ¿enseñamos a través del temor o del amor?
Hoy quiero compartir con vosotros una reflexión acerca del marco cognitivo-emocional en el que acaban recluidos muchos de nuestros hijos/as con "dificultades de aprendizaje".
Para ello me serviré del ejemplo de un bebé que está aprendiendo a dar sus primeros pasos.

¿Qué elementos, emociones, sensaciones te surgen al contemplar esta imagen?
Yo estoy viendo a un bebé al que están acompañando a dar sus primeros pasos en un marco de amor, diversión, alegría, tranquilidad, disfrute, aceptación...
En este instante el cerebro del bebé está totalmente involucrado en el aprendizaje, un aprendizaje que vive desde la curiosidad, la diversión, la seguridad, la confianza...
Está viviendo un proceso de aprendizaje en el marco ideal para el aprendizaje.
Tiene a su lado adultos que le acompañan, le apoyan, le animan, le aplauden los aciertos. No sabe aún lo que es la penalización que suele conllevar el error en la vida escolar. Hablo en general por supuesto.
A lo que voy es que para que el cerebro funcione de forma óptima, se han de dar una serie de condiciones que demasiadas veces brillan por su ausencia.
Para el bebé, seguir aprendiendo supondrá un reto divertido y placentero que le conducirá a afrontar futuros retos desde la curiosidad y la motivación
Cuando, al entrar en el sistema educativo, nuestros hijos no responden a lo que se supone que han de rendir, es tristemente habitual que se giren las tornas y empiezen a verse y sentirse rodeados de penalización, de desvalorización, , lo cual genera una frustración cada vez mayor que les va llevando progresivamente a entrar en un estado de indefensión aprendida que no hará más que empeorar si los adultos que "le acompañamos" en su proceso de aprendizaje no ponemos nuestra más sincera y genuina intención de velar porque esto no ocurra.
He tratado con niños que ya con 7, 8 u 9 años habían tirado la toalla! y sus padres casi que también...
Cualquier marco de aprendizaje que se genere desde el estrés emociona,l cerrará las funciones cerebrales superiores involucradas en el aprendizaje, para permitir así a la persona a responder ante lo que entiende como una amenaza, a responder desde el miedo, la vergüenza, la frustración, De manera que entra en un modo reactivo y deja de pensar con claridad y de comportarse de una forma equilibrada.
La foto que sigue, tomada de una sesión con un niño de 7 años, es una muestra de cambio de marco de aprendizaje...
¿Qué vemos, sentimos, percibimos, al mirar esta hoja de ejercicios?
Vamos a centrarnos en las restas:

Son 4 operaciones de resta tachadas en rojo porque el resultado "general" no coincide con la solución correcta. Pero, si nos fijamos, veremos que de los 20 resultados "individuales", 5 por operación, hay 13 resultados correctos y sólo 7 incorrectos. A mí la suma me da de Aprobado...
Leí por algún lado que cuando un bebé está aprendiendo a caminar no se fija en lo que no le es de ayuda, sino en lo que le favorece el aprendizaje, quien no tiene la imagen de un bebé agarrándose a la pata de una mesa, una y otra vez, para incorporarse :)
Este "bebé" que ya tenía entonces 7 años, se quedó sin aplausos por sus 13 aciertos, recibió penalización porque el resultado final no era exacto.
¡No hubo ánimos ni aplausos ni amor y mucho menos risas!
Desaparecieron los estímulos, el apoyo y la aceptación incondicional.
Afortunadamente, los elementos que favorecen los procesos de aprendizaje están al alcance de cualquiera de nosotros, madres, padres y maestros.
Son el amor, el apoyo incondicional y la implicación en el proceso.
De esta manera nuestro hijo dispondrá del estado mental-emocional adecuado para transitar dichos aprendizajes y, aunque tal vez no avance según las expectativas de un Sistema que suele presentar un cuadro de estándares muy igualitario, seguro que va avanzando a su ritmo y, lo que es más importante, sean cuales sean los resultados, no tiene porque acabar entrando en ese estado de indefensión aprendida que les atrapa al no disponer, ni él ni su entorno, de la visión y herramientas adecuadas para solventar las situaciones que llamamos de "dificultades de aprendizaje".
Espero que entendáis que esta reflexión no apunta a nadie específicamente, no es mi intención juzgar, sino subrayar el hecho de que los elementos principales para que nuestros hijos vivan equilibrados y felices son gratis y los llevamos incorporados todos nosotros.
Como trabajo con ellos, pues la mayoría de casos con los que me encuentro responden a este marco que he desarrollado brevemente en este escrito.
¡Seamos el cambio que queremos ver en ellos!
No olvidemos que estamos educando seres humanos, no máquinas de aprobar :)
Hoy quiero compartir con vosotros una reflexión acerca del marco cognitivo-emocional en el que acaban recluidos muchos de nuestros hijos/as con "dificultades de aprendizaje".
Para ello me serviré del ejemplo de un bebé que está aprendiendo a dar sus primeros pasos.

¿Qué elementos, emociones, sensaciones te surgen al contemplar esta imagen?
Yo estoy viendo a un bebé al que están acompañando a dar sus primeros pasos en un marco de amor, diversión, alegría, tranquilidad, disfrute, aceptación...
En este instante el cerebro del bebé está totalmente involucrado en el aprendizaje, un aprendizaje que vive desde la curiosidad, la diversión, la seguridad, la confianza...
Está viviendo un proceso de aprendizaje en el marco ideal para el aprendizaje.
Tiene a su lado adultos que le acompañan, le apoyan, le animan, le aplauden los aciertos. No sabe aún lo que es la penalización que suele conllevar el error en la vida escolar. Hablo en general por supuesto.
A lo que voy es que para que el cerebro funcione de forma óptima, se han de dar una serie de condiciones que demasiadas veces brillan por su ausencia.
Para el bebé, seguir aprendiendo supondrá un reto divertido y placentero que le conducirá a afrontar futuros retos desde la curiosidad y la motivación
Cuando, al entrar en el sistema educativo, nuestros hijos no responden a lo que se supone que han de rendir, es tristemente habitual que se giren las tornas y empiezen a verse y sentirse rodeados de penalización, de desvalorización, , lo cual genera una frustración cada vez mayor que les va llevando progresivamente a entrar en un estado de indefensión aprendida que no hará más que empeorar si los adultos que "le acompañamos" en su proceso de aprendizaje no ponemos nuestra más sincera y genuina intención de velar porque esto no ocurra.
He tratado con niños que ya con 7, 8 u 9 años habían tirado la toalla! y sus padres casi que también...
Cualquier marco de aprendizaje que se genere desde el estrés emociona,l cerrará las funciones cerebrales superiores involucradas en el aprendizaje, para permitir así a la persona a responder ante lo que entiende como una amenaza, a responder desde el miedo, la vergüenza, la frustración, De manera que entra en un modo reactivo y deja de pensar con claridad y de comportarse de una forma equilibrada.
La foto que sigue, tomada de una sesión con un niño de 7 años, es una muestra de cambio de marco de aprendizaje...
¿Qué vemos, sentimos, percibimos, al mirar esta hoja de ejercicios?
Vamos a centrarnos en las restas:

Son 4 operaciones de resta tachadas en rojo porque el resultado "general" no coincide con la solución correcta. Pero, si nos fijamos, veremos que de los 20 resultados "individuales", 5 por operación, hay 13 resultados correctos y sólo 7 incorrectos. A mí la suma me da de Aprobado...
Leí por algún lado que cuando un bebé está aprendiendo a caminar no se fija en lo que no le es de ayuda, sino en lo que le favorece el aprendizaje, quien no tiene la imagen de un bebé agarrándose a la pata de una mesa, una y otra vez, para incorporarse :)
Este "bebé" que ya tenía entonces 7 años, se quedó sin aplausos por sus 13 aciertos, recibió penalización porque el resultado final no era exacto.
¡No hubo ánimos ni aplausos ni amor y mucho menos risas!
Desaparecieron los estímulos, el apoyo y la aceptación incondicional.
Afortunadamente, los elementos que favorecen los procesos de aprendizaje están al alcance de cualquiera de nosotros, madres, padres y maestros.
Son el amor, el apoyo incondicional y la implicación en el proceso.
De esta manera nuestro hijo dispondrá del estado mental-emocional adecuado para transitar dichos aprendizajes y, aunque tal vez no avance según las expectativas de un Sistema que suele presentar un cuadro de estándares muy igualitario, seguro que va avanzando a su ritmo y, lo que es más importante, sean cuales sean los resultados, no tiene porque acabar entrando en ese estado de indefensión aprendida que les atrapa al no disponer, ni él ni su entorno, de la visión y herramientas adecuadas para solventar las situaciones que llamamos de "dificultades de aprendizaje".
Espero que entendáis que esta reflexión no apunta a nadie específicamente, no es mi intención juzgar, sino subrayar el hecho de que los elementos principales para que nuestros hijos vivan equilibrados y felices son gratis y los llevamos incorporados todos nosotros.
Como trabajo con ellos, pues la mayoría de casos con los que me encuentro responden a este marco que he desarrollado brevemente en este escrito.
¡Seamos el cambio que queremos ver en ellos!
No olvidemos que estamos educando seres humanos, no máquinas de aprobar :)
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