Antes de dormirte, cuando ya estás en la cama y la cabeza va dando vueltas, haz un par de respiraciones profundas, relaja el cuerpo desde los pies hasta la cabeza y luego trae a tu memoria la pesadilla de la que sufras visualizándola como si fuera una película. Cuando llegues al momento en el que lo pasas mal, aquel en el que te haces daño, o aparecen los monstruos, o lo que sea que sueñes, ¡usa tu imaginación para darle un final en el que sales vencedor/a! Introduce una solución al problema, imagínate más de un final si quieres y luego, antes de dormirte, elige con cuál de ellos te sientes mejor. Entonces visualiza otra vez el sueño pero con el final que has elegido tú... consigues escaparte de los monstruos o del peligro que sea utilizando un arma, o un argumento... ¡lo que quieras! ¡Estás en el libre y fecundo mundo de la imaginación! Cuando lo tengas ya puedes dormirte y... ¡a soñar! Si no te sale a la primera no desesperes, insiste. Ahora el cuento lo cuentas tú :).
Antes de dormirte, cuando ya estás en la cama y la cabeza va dando vueltas, haz un par de respiraciones profundas, relaja el cuerpo desde los pies hasta la cabeza y luego trae a tu memoria la pesadilla de la que sufras visualizándola como si fuera una película. Cuando llegues al momento en el que lo pasas mal, aquel en el que te haces daño, o aparecen los monstruos, o lo que sea que sueñes, ¡usa tu imaginación para darle un final en el que sales vencedor/a! Introduce una solución al problema, imagínate más de un final si quieres y luego, antes de dormirte, elige con cuál de ellos te sientes mejor. Entonces visualiza otra vez el sueño pero con el final que has elegido tú... consigues escaparte de los monstruos o del peligro que sea utilizando un arma, o un argumento... ¡lo que quieras! ¡Estás en el libre y fecundo mundo de la imaginación! Cuando lo tengas ya puedes dormirte y... ¡a soñar! Si no te sale a la primera no desesperes, insiste. Ahora el cuento lo cuentas tú :).
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