¿Has visto alguna vez a un bebé aprendiendo a andar? ¿no son momentos entrañables? ¡ cuánto amor encierra ese momento! ¡cuantas risas nos arrancan sus intentos fallidos, su andar patoso, sus caídas... ! Él también ríe, ríe porque está disfrutando, ríe porque está siendo amado, ríe porque le hacemos fiestas, no hay miedo a fallar, no hay errores, no hay castigos ¡sólo amor y aprendizaje! Este cuadro de un bebé aprendiendo a caminar, reúne, para mí, todos los elementos que han de estar necesariamente presentes en un proceso de aprendizaje para garantizar su éxito. Por parte del bebé tenemos: Una disposición innata y natural de aprender. Una actitud de esfuerzo y enfoque a un objetivo de aprendizaje, como lo será más adelante aprender a hablar, a comer, a ir solo al baño, etc. Una motivación natural. Mente de principiante (curiosidad natural). Creatividad. Por parte del adulto tenemos: El tiempo necesario de acompañamiento para que ese aprendizaje se realice. La pr